Para compartir

Yo había hablado con mi hijo de mis intenciones de celebrarle su cumpleaños en dicho lugar, pero también le di otras alternativas, para que él realmente decidiera. Por un lado, estaba esta alternativa de celebrarlo en Limache y por otra estaba : Mampato, Cinemark, Mc Donalds, en fin. Pero él inmediatamente accedió a compartir su cumpleaños con los niñitos del hogar, aún cuando sabía ( como niño que es ) que estos pequeñitos no le darían un regalo material como sus primos y amigos.
Fue una experiencia fuerte, maravillosa e inolvidable. Ya han pasado 2 días de la celebración y mi corazón tiene un dolor muy grande. No quiero referirme sólo a mi sino a mi madre y a mi prima Ximena (ella vive en Quilpue y nos acogió en su casa, con mucho amor ) ya que ellas quedaron felices pero con mucha pena al ver a 45 niños que necesitan desesperadamente un beso, un abrazo, una caricia. Ellos se acercan y lo único que quieren es ser amados.

Quizás mi hijo cuando más pequeño me abrazaba así y mi guagua Jacob lo hace a veces, pero ellos saben que tienen el amor al lado, cuando ellos desean, ahí está papá, mamá, la abuela, el abuelo, la tía, el hermano, en fin. No así Luna, por ejemplo, que no tendrá tantas instancias en que alguien le entregue amor.
Sinceramente y lo conversé inmediatamente con mi marido, si tengo la posibilidad del próximo año celebrar el cumpleaños Nro. 3 de mi hijo Jacob, les prometo 1000 veces lo hago allá denuevo. Este es el cumpleaños más valioso que he realizado : Sin Familia, Sin Amistades, Sin regalos Materiales. Lo que recibí fue demasiado, el amor que recibí fue extremo, esos niños son unos ángeles y yo les quiero contar esta experiencia para motivarlos, es demasiado maravilloso y sinceramente ellos lo que más necesitan es un rato de amor, de abrazos, de besos, de jugar un poco y si pueden llevarles unas galletitas, queques, bebidas, globos, super bien, pero lo que sea para ellos será demasiado, porque no tienen familia y están de Lunes a Domingo en el hogar sin posibilidades de salir de ahí, de pasear, en fin.

Gracias Madre Claudia, Madre Jacquelina y Madre María Eugenia y a todo el personal, las tías, que nos ayudaron a preparar los completos, los sándwiches, que limpiaron, que aportaron con su buena disposición y amor.
Muy agradecida, emocionada, superada de expectativas y más motivada a seguir aportando con un grano de arena en lo que Dios y la vida me presenten.
Una ex alumna, Margarita
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